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Redacción: Luis Daniel Londoño Silva. prensa@emisoramariana.org
El Papa Francisco, en la Audiencia de miércoles, reflexionó sobre la naturaleza de la Iglesia, con base en el libro de los Hechos de los Apóstoles y en la que estacó que «La Iglesia no es una fortaleza cerrada, sino una tienda de campaña capaz de agrandarse para recibir a todos: es una Iglesia en salida, una Iglesia con las puertas siempre abiertas».

Cabe recordar que Antioquía de Siria, tiene una gran importancia, porque allí, no sólo a los creyentes se les reconoció como cristianos, sino que, además, fue el punto de partida en la tarea misionera de Pablo y Bernabé.
Cuando el anuncio se abre a los gentiles, es decir, se mira más allá del pueblo judío, las controversias no se hicieron esperar. Es así como se realiza el denominado «Concilio de Jerusalén», en el que se buscó, iluminados por el Espíritu Santo, superar esas dificultades y así buscar claridad frente al contenido del anuncio.

Con base en este hecho, el Papa, afirma: «La Asamblea de Jerusalén nos enseña cómo enfrentar las divergencias y buscar «la verdad en la caridad» (Ef 4,5), nos ayuda a entender que la Sinodalidad es el método eclesial para reflexionar y confrontarse, basado en el diálogo y en el discernimiento a la luz del Espíritu Santo».
