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Redacción: Karen Clavijo. karenclavijoro@gmail.com

Los conflictos bélicos transforman el mundo en el que viven las personas, y su forma de vestir refleja su desgarrador contexto

El Museo de Arte Miguel Urrutia (MAMU), en dirección del Banco de la República, reflejó a través de una visita guiada llamada “De Vestidos y Obras” cómo las diferentes guerras históricas han sido causantes de grandes cambios. Estableciendo poco a poco jerarquías en el contexto político, social y religioso de todos los habitantes.

Desde el inicio de los tiempos, la sociedad ha implantado formas de vivir a partir de su contexto social donde interactúan constantemente, estableciendo relaciones, con ello su identidad, pertenencia -con las diferentes costumbres- y tradiciones de donde se encuentren. Como los indígenas al ser colonizados dejando de lado su cultura, narigueras, taparrabos, pectorales, y adquiriendo un estilo, moda y grandes transformaciones de la cultura europea.

“Los países comenzaban a crear su indumentaria militar y así estar preparados ante cualquier situación que se pueda presentar”, dijo Alejandro Lozano, mediador del museo. Las fiestas de disfraces eran el único momento donde no había conflictos, así se dejaba de lado la discriminación por una clase social o un factor político por el cual se empezaban a ver grandes inconformismos. “Era el único momento, luego si ya todos seguían siendo los mismos”, añadió.

Entre los siglos XVI al XVIII, la monarquía -escogida por Dios- era la encargada de los bienes públicos de su territorio, vestía de terciopelo, seda y brocado. Los hombres calzaban zapatos de cuero, con una hebilla y tacón; las mujeres por su parte, con tacones mas altos, abanicos con el fin de tapar las caries o el mal aliento, grandes cantidades de maquillaje, por las enfermedades que dejaban manchas. Todas estas adiciones en el cuerpo y su forma de vestir, se realizaba con el fin de entablar relaciones con reinos vecinos e incluso formar uniones de parejas para así formar alianzas por si una guerra comenzaba.

La sociedad comenzaba a ser mas discriminada por su clase social. Las clases bajas caminaban con alpargatas o descalzos, con sombrero de copa, ruana -coloridas; en cambios las clases altas, vestían de negro y lujosos vestidos reflejando su capacidad económica. Es allí donde el descontento social se masifica tanto que comienzan revoluciones, para que haya una igualdad y calidad de vida; algunas de ellas salen victoriosas logrando diversos cambios, pero varias de fracasan. “Siendo peor de oprimidos”, añade Camilo Restrepo mediador del museo.

La moda previa a la Primera Guerra Mundial se condiciona al vestir por necesidad política y transformación de la economía, junto con el color predominante, negro. Al comenzar este conflicto mundial, sobresalió el armamento militar, así que los reyes comenzaron a minimizar sus lujos, estableciendo en las mujeres que se debía utilizar máximo 2 elementos decorativos en su cuerpo. Al finalizar la guerra y morir tantos hombres, las mujeres comenzaron a trabajar en fábricas de armamento bélico, utilizando pantalón al ser más cómodo, “diseñado y masificado por Coco Chanel, las mujeres surgieron y poco a poco iban instaurando sus derechos; sin embargo, se seguía viendo la discriminación por la clase pobre, especialmente en el lenguaje corporal del cabello de las mujeres”, afirmó Lozano.

Similar a esto, en la Segunda Guerra Mundial, cambió radicalmente el color de la vestimenta en las personas, la concentración total era a intentar proteger e invadir territorios salvaguardando la vida de sus habitantes. Cuando finalizó, las personas volvieron a vestir con mas colores en sus prendas y debido a esto la industria textil de Francia cierra a causa de las guerras y Estados Unidos se configura como la nueva capital de moda, configurando transformaciones radicales cada 10 años para distinguir esos acontecimientos que ocurrían y marcaban un cambio en la historia. “Allí es donde se ven esos cambios de los años 60´s con esos peinados o en los 70´s con las plataformas y bota campanas, encantadoras”, expresó Restrepo.

Con estos hechos bélicos ocurridos en el pasar de los tiempos la moda se ha ido configurando en las personas a través de los colores, las formas y los estilos, creando un cambio radical en el pasar de los tiempos y con ellos sus tradiciones, culturas y formas de vivir. El Museo de Arte Miguel Urrutia realiza exposiciones o recorridos mensuales con temáticas específicas, intereses en el equipo de mediación y el público.

Por Luis Daniel Londoño Silva

Máster en Violencia Doméstica y de Género. Licenciado en teología, escritor y comunicador.

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