Imagen tomada de El Mexicano News
Escrito por Juan Andrés Erazo Guillott
Yuma, un pequeño pueblo de apenas 100.000 habitantes, es el encargado de recibir a diario a cientos de migrantes sin documentos liberados en el desértico estado de Arizona, es por esto que este diminuto lugar a comparación de las grandes metrópolis estadounidenses, se ha convertido en la puerta de ingreso a una nueva vida para muchas personas.
El remoto pueblo no cuenta con estación de buses, ni albergue, sin embargo, posee un pequeño aeropuerto que solo realiza viajes a dos ciudades, por lo que los cuidados y beneficios que reciben corren a manos de la caridad y la buena fe de los habitantes del lugar.

El paso de migrantes por Yuma se ha incrementado un 200% en comparación a años anteriores según la agencia AP, esto gracias a que por la pandemia algunos de los viajeros son admitidos a ingresar al país y no deportados a México como es el caso de la gran mayoría, sin embargo, los que son trasladados al diminuto pueblo no cuentan con papeles legales y en consecuencia, generalmente pocos recursos monetarios.
Por el mismo tamaño del pueblo sus oficinas no están adecuadas para ese flujo de población por lo que no dan abasto y se deben crear infraestructuras temporales para intentar albergar a 250 migrantes en el plazo legal de su procedimiento que equivale a 72 horas.
La misma población de Yuma se ha encargado de colocar puestos de testeo en contra del Covid-19 a donde son transportados los migrantes después de su liberación, en caso de que alguno de positivo se remite a un hotel junto con las personas que tuvo contacto pues luego de recorrer tantos días el desierto pueden ser sujetos de mayor riesgo por alguna afección respiratoria adquirida allí.

Yuma, un pequeño poblado que sirve de luz para los migrantes, las ONG de gran corazón junto con las personas del pueblo que las conforman, a pesar de que los viajeros la usen como ciudad de paso, no se olvidarán de ese lugar, la primera puerta abierta hacia una vida mejor, luego de escapar de problemáticas propias de territorios mayoritariamente Latinoamericanos, su principal conquista en la añorada búsqueda de cumplir el “sueño americano”.