Imagen tomada de Nosolocine

Escrito por Juan Andrés Erazo Guillott

La historia detrás de la que muchos catalogan como la mejor película colombiana hasta la fecha, es en la mayoría de las ocasiones desconocidos las anécdotas de su creación, una de ellas es que está basada en una noticia real de la época publicada a través del periódico El Tiempo el 31 de enero de 1975, han pasado desapercibidos a lo largo de los años, y que conociéndolos acrecientan el mito de la cinta de culto dirigida por Sergio Cabrera.

Pues así fue como surgió la idea de la película luego de que el director leyese acerca del desalojamiento de una pensión en el centro de Bogotá, posteriormente la grabación iniciaría en el año de 1989, sin embargo, debido a problemas presupuestales el rodaje se suspendería ya que los costos sobrepasaron el monto planeado y no se pudo realizar la labor de preproducción por lo que la cinta estaría guardada por un tiempo a su suerte en una bodega.

La noticia de que Focine había desaparecido y así las promesas de este de financiación completa habían llegado a su fin, ya que el ente tan solo desembolso el 30% del costo total de producción por lo que el proyecto se suspendió por completo y con muchas deudas en su haber.

Sin embargo, una reunión casual entre el director Sergio Cabrera y el ya entonces ganador del premio Nobel Gabriel García Márquez cambiaria esta situación, pues el escritor colombiano quedaría fascinado al leer el guion que le mostro cabrero en su momento y le insistiría a este para que finalizara la grabación.

Imagen tomada de malba.ar

Razón por la cual, en un segundo encuentro Gabo y Cabrera se reunirían para enseñarle a este primero el producto ya grabado, pero sin ningún trabajo de preproducción en el mismo, García Márquez quedaría encantado con lo que vio por lo que decidió cancelar cualquier tipo de reunión posterior programada que tuviera para visualizar completos los metrajes.

Al finalizar de observar el material, decidió ofrecerle ayuda de financiación a Cabrera, a través de su productora y moviendo hilos con el gobierno francés y obtuvo recursos suficientes para salvar el rodaje de la que se convertiría en una película de culto en el país, además, el escritor de Aracataca, llamó al cineasta italiano Gillo Pontecorvo quien tras visualizar la cinta finalizada tomo la decisión proyectarla en el Festival de Venencia.

Imagen tomada de Revista Semana

A pesar de las difíciles circunstancias de presupuesto que afrontó la cinta, es una de las más galardonadas a nivel internacional, pues en su haber tiene distinciones de la magnitud de El Gran Premio al Festival de Biarritz en Francia, La Espiga de Oro de Valladolid, El Colón de Oro del Festival de Huelva, España, el Coral de Plata del Festival de la Habana, además del galardón que obtuvo en El Festival de Berlín como “Mejor Nuevo Cine”.

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