Por Luis Daniel Londoño Silva. prensa@emisoramariana.org
Esta santa agustina experimentó cinco estados de vida: Doncella, soltera, casada, viuda y religiosa. Su existencia, en muchos episodios cargada de dolor, duras pruebas y sufrimiento, la convierte en un modelo y ejemplo para aprender a resistir con fe y perseverancia los retos de la vida.
Santa Rita fue sembradora de paz, serenidad y reconciliación en el hogar, también una extraordinaria consejera, promotora de convivencia y pregonera del amor como la fuerza para superar las adversidades y los problemas cotidianos.
En esta época de tanta violencia intrafamiliar, el ejemplo de santa Rita motiva a los hogares a saber esperar, a orar ante las dificultades, a dar un buen consejo a tiempo, a respetar a cada integrante de la familia, a saber guardar silencio y a practicar la paciencia.
Escucha la entrevista sobre santa Rita con el P. Orlando Ibarra, OSA.
Rita es una santa italiana. Nació en 1381, Roccaporena, un caserío cercano al pueblo de Cascia. Murió el 22 de mayo de 1457. Fue beatificada por el Papa Urbano VIII en 1627 y canonizada el 24 de mayo de 1900 por el Papa León XIII. Sus padres fueron Antonio Mancini y Amata Ferri, una familia humilde y que contaban con fama de pacificadores. Ellos formaron a Rita en la fe y en los sanos principios.
Nunca fue a la escuela, pero Dios le concedió el milagro de aprender a leer. Rita quiso ser religiosa, pero sus padres le escogieron un esposo, como era la costumbre de la época, hecho que ella aceptó con obediencia. Duró casada 18 años y tuvo dos hijos.
Su marido fue asesinado, pues en su época experimentó tiempos de guerra. Sus hijos quisieron vengar la muerte de su padre, pero Rita no permitió que lo hicieran. Un año después murieron a causa de una peste. Quedó viuda con pocos más de 30 años. Aunque tuvo dificultades para ser admitida en un Convento, se hizo religiosa agustina y duró 40 años de monja. Murió a la edad de 76 años.
Rita es reconocida por ser patrona de: los casos imposibles, los pobres y desesperados, las causas perdidas, la paz, el sufrimiento, la familia, los matrimonios, los problemas maritales, el abuso, las enfermedades y las heridas físicas y espirituales. De ella dijo san Juan Pablo II: “¿Cuál es el mensaje que nos transmite esta santa? Es un mensaje que brota de su vida: la humildad y la obediencia fueron el camino que Rita recorrió hacia una asimilación cada vez más perfecta con Cristo crucificado. El estigma que brilla en su frente es la autenticación de su madurez cristiana. En la cruz con Jesús culminó el amor que ya había conocido y expresado de modo heroico en su hogar y mediante la participación en las vicisitudes de su ciudad”.