Por Luis Daniel Londoño Silva. prensa@emisoramariana.org
En la entrega anterior hice referencia a la superación de dos prejuicios, como la manera efectiva de entrar en el escenario de la abolición de esa violencia de género que aún prevalece y que nos implica en menor o mayor medida.
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Recordemos que la superación de la violencia de género no es una lucha ideológica de tipo mesiánico, exclusiva de movimientos feministas y, por tanto, se debe superar la indiferencia y la apatía, con el fin de implicarnos en la búsqueda de superación de violencias que atentan contra la dignidad humana y los derechos fundamentales.
En este proceso, reconocer los tipos de violencia de género es clave para comenzar a combatirla de manera efectiva desde los escenarios más comunes de la vida cotidiana.
- Violencia física
No hay situación más patética que ver a un hombre golpear a una mujer. Lo he visto en muchísimas ocasiones y, lo más terrible, apreciar que su víctima es su propia pareja, a quien supuestamente eligió para forjar un proyecto de vida, o lo más extremo, golpear a la propia mamá.
- Violencia psicológica
De manera particular, considero que es la más cruel y en la que la justicia menos indaga. Una mujer tiene que mostrar su cuerpo golpeado, es decir, es la evidencia más recurrente a la que apela la justicia para poder actuar. La violencia psicológica carcome internamente a la persona, la conduce a vivir episodios depresivos, a experimentar un verdadero infierno existencial. Este tipo de violencia es perverso, sutil, silencioso y en muchas ocasiones conduce al suicidio.

- Violencia económica
El modelo patriarcal de familia ha sido el causante de todo tipo de violencia, entre ellas, la económica. El marido se erige como el gran macho que lo maneja y lo controla todo. Su lema de batalla es “mientras traiga todo a la casa de qué se queja”. Este modelo de hombre es el que considera que la mujer se debe ocupar únicamente de los asuntos de la casa, barrer, planchar, criar los niños y aportar el placer sexual a su marido. Muchas mujeres viven una verdadera pesadilla que les impide ser ellas, para pasar estar en cautiverio y sin ninguna perspectiva de progreso. A parte, de las permanentes humillaciones derivadas del dominio económico.
- Violencia cultural
No había dimensionado la crueldad de este tipo de violencia. Opera como si las cosas sucediesen como una condición natural inherente a la misma cultura, es decir, se justifica la desigualdad de género, el sometimiento, las mutilaciones genitales (ablaciones) y todo tipo de vejámenes como una condición inmodificable, a veces con una justificación sobrenatural. Considero que es una de las barreras más fuertes para superar la violencia de género.

- Violencia religiosa
Algunas religiones justifican la desigualdad hombre – mujer. En este caso, la mujer es concebida como un ser inferior producto del querer de un Dios que así lo quiso.
A muchas les imponen vestuarios propios para cubrir su cuerpo, e incluso se les prohíbe hablar en público. Doctrinalmente se les considera como objeto de deseo y de pecado; mientras que, al hombre, lo conciben como el ser más perfecto de la creación. En cuestión de jerarquía, se les considera incapaces y se impone la prevalencia del hombre quien, supuestamente, sí es capaz de dirigir y de liderar.
“Grosso modo”, estos son algunos tipos de violencia que deben desaparecer del género humano, si queremos, en efecto, luchar por la reivindicación de derechos fundamentales. Una lucha que no es cuestión de grupos o de salvadores o salvadoras feministas. Es un compromiso que nos implica a todos.
Muy buen informe. Mil gracias.
Sucede mucho y lo peor muchas de ellas siguen callando por temor.
Bendiciones.