“La Navidad suele ser una fiesta ruidosa: nos vendría bien estar un poco en silencio, para oír la voz del Amor” (Papa Francisco)
Por Luis Daniel Londoño Silva. prensa@emisoramariana.org
Imagen tomada de cathopic.com
La navidad es una época del año, especialmente particular; nos recuerda que Dios nos ama tanto, que se ha hecho como uno de nosotros y ha nacido en un pesebre, gracias al sí de María y a la aceptación de José, como padre adoptivo de Jesús.
Por otra parte, las estadísticas nos refieren que diciembre es una de las épocas más violentas del año; infortunadamente es un tiempo permeado por el alcohol, la pólvora, riñas, gastos exagerados que generan un montón de deudas, peleas familiares y hasta suicidios.
Más allá de estas situaciones, la navidad, siendo un tiempo tan especial que, debería gozar de una celebración digna y de gran derroche de alegría.
Me parece espectacular recobrar esa ilusión que uno tenía de niño cuando llegaba la navidad, ese tiempo de regalos, comida, oraciones, gratas visitas y tantas cosas hermosas.
¿Será posible cambiar esta realidad?
Considero que se puede hacer algo que, definitivamente, marque la diferencia. Les comparto cuatro sugerencias para pasar una navidad alegre y en armonía.
- Pasar la navidad como tiempo de fe
Quien reconoce que la navidad es un tiempo de fe, la vive sanamente y procura que dicha fe, no sea vulnerada, por el consumismo (gastar y gastar) o por el alcohol (beber y beber). El creyente es alguien que vive con altura, estos acontecimientos. Un seguidor de Jesús, procura dar ejemplo. Y supuestamente, este país es mayoritariamente católico. Ojalá se note. Este tiempo es para llenar el corazón de amor, de bellos momentos y para renovar todo lo que permite sentir que vale la pena vivir. Y claro, hagamos un brindis en familia, con amigos y vecinos, sin necesidad de excesos que nos niegan la posibilidad de encontrarnos y compartir.
2. Pasar la navidad como tiempo de descanso y encuentro familiar
Por lo general, en diciembre y año nuevo las personas se dedican a descansar después de un largo período de actividades y lo más bello, al encuentro familiar; bien sea porque van a saludar a los que viven lejos, o recibe a los que vienen de visita. En ambos casos, debemos propiciar ambientes de paz y de disfrute con los seres que amamos. Que ellos se sientan acogidos, amados, respetados.

3. Pasar la navidad como tiempo para acompañar
No podemos desconocer que muchas personas experimentan soledad, tristeza, ansiedad y hasta depresión por estas épocas. En la medida de nuestras posibilidades, si tenemos la oportunidad de acompañarlos, ojalá lo hagamos; con seguridad que, permitiremos que muchos seres humanos, se sientan amados e importantes y, haremos que sus circunstancias, sean más llevaderas y experimenten la cercanía de nuestra fe y nuestro calor humano ¡Fuera la indiferencia!
4. Pasar la navidad como tiempo de encanto y de asombro
Son tantas las cosas que podemos hacer juntos. No hay excusas para no hacerlo, incluso, en muchos casos no se necesita dinero. Hacer juntos la natilla, los buñuelos y todas las delicias que se nos ocurran. Armar juntos el pesebre, el arbolito, la decoración de la casa, hacer la novena, cantar villancicos y claro, ser solidarios con los que lo necesitan.
Regalar un mercado, dar un pequeño detalle, ofrecer un plato de comida, brindar un rato de alegría a un habitante de la calle, escuchar a quien lo necesite. En fin, la lista de actividades es inmensa, tan sólo falta un poquito de interés para abrir los brazos y el corazón ¡Qué hermoso es diciembre!
¿Quieres pasar una navidad alegre y en armonía?
Si lo haces, te vas a sentir super bien.