Por Luis Daniel Londoño Silva. prensa@emisoramariana.org
Imagen tomada de cathopic.com
A ti, que comienzas a leer este artículo, te expreso que, el equipo de trabajo de Emisora Mariana, te desea un feliz año 2022. Dios te bendiga y que junto a tu familia goces de salud, bienestar espiritual, material y por supuesto, de mucha serenidad interior y alegría. De la mano de Dios todo saldrá super bien.
Y, a propósito de estas fechas tan especiales ¿Recuerdas la letra de esta canción? “Año nuevo, vida nueva, más alegres los días serán, año nuevo, vida nueva, con salud y con prosperidad”. Me imagino que sí y hasta la habrás bailado.
Como personas de fe, que acabamos de celebrar el nacimiento del niño Dios, tenemos motivos más que suficientes para aprovechar al máximo la venida de Cristo, luz del mundo y quizás, comenzar un maravilloso año nuevo. No obstante, conviene preguntarnos: Año nuevo ¿Vida nueva?
A veces, no necesariamente las fechas cronológicas coinciden con la fe; y estas épocas, hablando en materia comercial, aparentemente, no son las más indicadas, para hablar de vida nueva.
Sin embargo, creo que sí es posible tomar distancia de lo artificial de esta época, para facilitar que enero sea esa puerta abierta a un tiempo bendecido y así, permitir que ese aire fresco del amor de Dios, oxigene los pulmones de la esperanza y de los grandes ideales. Dios es siempre nuevo, Él siempre nos asombra y nos saca de esa tediosa rutina; tan sólo basta suplicarle con todo el corazón: “Señor, en tus manos encomiendo este nuevo año”.

Ten presente que, enero es la puerta abierta, es decir, es el comienzo para dar pasos firmes y planear lo que queremos para los meses siguientes. Sí, planear cada una de las áreas en las que nos desempeñamos, empezando por nuestra vida personal, espiritual, familiar, laboral y social.
Por eso, conviene plantearnos algunos interrogantes de base, que nos pueden servir para lograr excelentes resultados en el nuevo año: ¿Qué sueños personales quiero retomar o cuáles deseo buscar este año? ¿Cómo es mi vida espiritual? ¿Amo a Dios y me dejo amar por Él? ¿Qué tipo de católico soy? ¿Comprometido? ¿Tibio? ¿Indiferente? ¿Valoro mi familia? ¿Qué debo hacer para que este año mi familia sea más feliz? ¿Amo lo que hago? ¿Qué debo hacer para que mi trabajo sea un motivo para realizarme como persona? ¿Qué haré para que mi relación con las demás personas sea más placentera? ¿Me considero una persona de paz?
¿Qué estoy dispuesto a hacer para que este nuevo año sea de progreso personal, familiar y social?
Estos interrogantes son un buen punto de partida para por decir ¡Valió la pena empezar un nuevo año!

“No digas que el tiempo pasado fue mejor que el presente; las virtudes son las que hacen los buenos tiempos, y los vicios los que los vuelven malos” (San Agustín).
¡Feliz y bendecido 2022!