Por: Leidy Viviana Sánchez Guacaneme
Imagen: @mt – Cathopic
Esta advocación es una de las más antiguas en la iglesia, fue propagada en todo el mundo por san Juan Bosco, pero muchos años atrás ya se hablaba de la Virgen María como “auxilio de los cristianos”.
El primero en llamarla Auxiliadora fue san Juan Crisóstomo, que en el año 345 dijo: “Tú, María, eres Auxilio potentísimo de Dios”. Mas tarde, en el 532, san Sabas narraba que en Oriente existía una imagen a la que llamaban “Auxiliadora de los enfermos”, porque al hacer oración se obraban allí muchas curaciones.
Más de mil años después, en 1572, se lleva a cabo la Batalla de Lepanto. Los mahometanos, quienes no tenían respeto por religión distinta a la suya, invadían Europa y estaban muy cerca de llegar a Roma, así que el Papa Pío V convocó a los Príncipes Católicos para que salieran a apoyar. Se formó un gran ejército que asistió a eucaristía, comulgó, se confesó y oró con el Santo Rosario antes de la lucha, pero en cantidad no era suficiente para confrontar a los 88.000 soldados del enemigo.
Mientras se llevaba a cabo esta batalla, el Sumo Pontífice, que era muy devoto de la Virgen María, oraba el Santo Rosario por las calles de Roma con una multitud de fieles, y fue en ese momento donde se dio el milagro. El ejército cristiano perdía la batalla, pero de repente el viento cambió de dirección y empujó sus barcos hacia las naves enemigas, lo cual hizo que pudieran enfrentarlos y salir victoriosos. Como agradecimiento, san Pío V mandó que cada 7 de octubre se celebrara “la fiesta del Rosario” y se incluyó en las letanías la oración “María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros”.
Por su parte, san Juan Bosco amó siempre a la Virgen; cuando era niño ella se le aparecía en sueños y le insistía en que estudiara porque su misión sería educar a niños que, al igual que él, eran muy pobres. Juan creció y con muy pocos recursos entró al seminario, donde realizó distintas labores como peluquero, zapatero y sastre para comprar todos los libros de estudio; se ordenó sacerdote y siguió su misión educativa enseñando a muchos niños artes y oficios de forma gratuita.

Por petición de la Santísima Virgen construyó la Basílica de María Auxiliadora ubicada en Turín, Italia, la cual fue terminada en 1868 y consagrada el 9 de junio de ese año. Un dato curioso es que la construcción se inició con tan solo tres monedas de veinte centavos, pero gracias a los milagros de la Virgen el templo fue terminado en tan solo cuatro años. Con la orden de los Padres Salesianos y las Hermanas Salesianas se propagó por el mundo la devoción a María, auxilio de los cristianos.
¿Por qué su fiesta es el 24 de mayo?
En el siglo XIX el Papa Pío VII fue retenido por el general Napoleón, el emperador más poderoso de la época; el Sumo Pontífice llevaba varios años en cautiverio, así que prometió a la Virgen que, si lo ayudaba a salir victorioso de esa situación, decretaría una fiesta en su honor.
Pronto Napoleón tuvo que marchar a Rusia, donde su ejército enfrentaría una batalla; el general dijo en una ocasión que las excomuniones no serían “capaces de quitar el fusil de las manos de mis soldados”, pero él no contaba con que el frío invierno haría que las armas resbalaran de sus dedos y fueran derrotados. Al regresar, sus enemigos se habían apoderado de su país y fue expulsado. Tras ese hecho, el Papa Pío VII, quedó libre el 24 de mayo de 1814 y volvió a Roma, declarando así la Fiesta a María Auxiliadora en la ciudad, extendiéndose después por toda la iglesia católica.