Imagen tomada de https://www.vaticannews.va
Por Edwar Alexis Rodríguez Castro – practicas.prensa@emisoramariana.org
La familia es un derecho fundamental que tenemos los seres humanos dentro de una sociedad, donde cada persona inicia estableciendo sus primeros lazos de aprendizaje, como la creencia religiosa, la expresión emocional, la convivencia social y la diferencia de gustos culturales.
Es fundamental la educación y el entendimiento entre adultos y niños, donde haya bienestar para tener espacios que nos hagan salir de la rutina estudiantil y laboral. A continuación, se dará relevancia a la educación y el bienestar familiar.
Hay un dicho popular que se ha incluido desde niños, donde se señala que “la educación viene desde casa”, y que se refiere a que el hogar es un centro de enseñanza donde nuestros padres, abuelos o incluso tíos, nos dan valores éticos y morales para poder convivir en la sociedad, al igual que “la ropa sucia se lava en casa”, en referencia a que pese a momentos de tensión o discusiones familiares no se debe compartir en espacios o personas externas.
Es importante recalcar esto, debido a que muchas personas no se sienten bien en su hogar por cargas de tensión externas permitiendo que esto influya en la familia, e inclusive, al comportamiento de los más pequeños.
El bienestar familiar es importante para sentirse bien en el entorno, y aunque no todas las familias sean unidas, hay otras que sobrepasan el espacio de otros familiares, es decir, se apropian de tomar decisiones o votar en asuntos que no les compete, y esto afecta no solo la parte emocional, sino también puede generar odio e incluso envidia entre la misma familia. Es por esto que se hace énfasis en educar a las nuevas generaciones y denegar responsabilidades para que así mismo el niño o niña pueda adquirir beneficios en diferentes actividades de su vida.
Es normal que los niños se preocupen más por divertirse que por cumplir responsabilidades, por eso, el deber de los padres es hacer que el menor se sienta protegido por ellos, es decir, que los adultos ayuden a los niños no solo en el acompañamiento al colegio sino al seguimiento de tareas y actividades educativas, que entre padres se adecuen para dar una buena comunicación al menor.
Es importante diferenciar los tipos de responsabilidades que se puede asignar a los niños e incluso adolescentes según la edad. Por ejemplo:
- Si el niño o niña tiene entre 3 a 6 años, se puede asignar actividades como recoger sus propios juguetes después de jugar, ayudar con las obligaciones en cuidados de la mascota (dar comida, peinarlo, etc.) también, la libertad de elegir su propia ropa e incluso apagar el televisor cuando ya no lo esté utilizando.
- Si el niño o niña tiene entre 7 y 12 años, pueden tener responsabilidades un poco más complejas, como la organización de su cuarto (tender su cama, doblar la ropa de su armario, barrer y organizar sus juguetes), también, pueden ayudar cocinando platos sencillos en compañía de un adulto (como sándwich, pasta, huevos, etc.)
- Durante la adolescencia, los niños ya pueden realizar todo tipo de tareas y comienzan esa etapa independiente, entre ellas, pueden ser el soporte de los padres como el cuidado de sus hermanos más pequeños, sacar la basura, realizar compras puntuales en la tienda, etc.

Los beneficios de estas responsabilidades es el aprendizaje que van teniendo los niños para ser más dependientes en una edad adulta, a su vez, ayuda el desarrollo de la motricidad y a la creación de hábitos para tener seguridad en si mismos.
El entretenimiento es indispensable para el bienestar familiar, independientemente de nuestra edad es bueno realizar otras actividades que nos ayuden a salir de la rutina, de alguna carga laboral o educativa. Por ejemplo:
- Los niños necesitan jugar, por ello hay que implementar días para invitarlos al parque, y de vez en cuando que sea extremo.
- Salir a cine e incluso invitarlo a comer helado.
- Ir de paseo un fin de semana a cualquier lugar, así sea en la misma ciudad.
- Conocer jardines o museos públicos.
- En caso de lluvias también es bueno que los niños vean maratón de películas junto a sus padres en casa.
La conectividad y la interacción con los niños y adolescentes, nos permite abrir un espacio especial con ellos, a tener mayor conectividad e interactividad para el desarrollo de la confianza.