Miércoles de ceniza: regreso al rito antiguo.

En el documento se dice:

«Los que estén en condiciones de estar presencialmente en el templo o lugar de celebración, están invitados a participar en la Santa Misa o en la celebración de la Palabra donde se hará la bendición e imposición de la ceniza, según horarios establecidos.

Este año, por motivo de la pandemia, la Iglesia, desde Roma, ha orientado colocar la ceniza, no realizando la cruz en la frente, sino echando un poco de ceniza sobre la cabeza de las personas que desean recibirla».

Cabe anotar que, no interesa cómo celebres este rito; al final de cuentas lo verdaderamente importante, es el deseo ferviente de arrepentimiento y de cambio de vida: «Misericordia quiero, no sacrificios».

Para los que no tienen la posibilidad de ir al templo, la Conferencia Episcopal, afirma:

«Para los que, por ahora, no puedan participar presencialmente y deben permanecer en sus casas, la Iglesia los anima a unirse a la celebración de bendición e imposición de la ceniza que ofrecen las parroquias a través de los medios virtuales, observando las debidas disposiciones de participación y el cuidando de disponer, el lugar donde se puedan reunir, algunos signos, como: un altar, un crucifijo, una Biblia, una cinta morada, un mensaje bíblico escrito; de modo que desde la familia puedan comenzar a vivir la penitencia y conversión como preparación para la celebración y vivencia de la Pascua».